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Puja distributiva y crecimiento económico


El objetivo principal de las economías, podría decirse, es lograr mejorar las condiciones de vida de las personas. La mayoría de los políticos, en tiempos electorales, prometen un crecimiento y desarrollo en lo que dure su estadía en el gobierno, sin siquiera tener un proyecto que sea sostenible en el tiempo. Así vemos que el crecimiento siempre está en discusión dentro de la política. Por eso desde este blog, estaremos presentando una introducción al modelo de crecimiento dirigido por la demanda; el modelo de largo plazo de Bhaduri y Marglin (1990), que incorpora la posibilidad de expandir la economía a través del consumo, además de la inversión. Pero, ¿dónde comienza la demanda a ser tenida en cuenta en los modelos de crecimientos?, a continuación haremos una pequeña reseña de las diferentes visiones anteriores a que la demanda sea tenida en cuenta. Comencemos.


Ya desde el momento en que Adam Smith da inicio a la economía como ciencia se habla sobre una teoría del crecimiento. Así, dando un pequeño recorrido tenemos que en sus inicios (de la economía como ciencia) se lo explicaba relacionándolo con el crecimiento de la productividad. De esta forma Adam Smith decía que la división del trabajo lograría un aumento de dicha productividad y por ende la del producto.

A primera vista, esta noción inicial de crecimiento parecer encontrar una relación directa en los factores de la oferta. Pero la verdad es que Smith también mencionaba que existe el problema de un mercado reducido, que provocaría un efecto contrario a lo esperado, es decir, aumentar la producción no sería rentable para el inversor, debido a la insuficiencia de un mercado que lo demande. Este punto no muy tenido en cuenta cuando se habla de Smith, tiene relación con el tamaño de la demanda.

Luego aparece Ricardo, quien utilizando factores de la oferta como principales variables del crecimiento, mencionaba que debido a la creciente necesidad de producir más, se exigiría una mayor renta por parte de los terratenientes, reduciendo así la ganancia de los capitalistas, provocando que el incentivo de producir se reduzca. Esto por una cuestión de costo de oportunidad.


Posteriormente, los economistas neoclásicos desarrollaron una nueva noción teórica, el marginalismo, con el cual buscaban determinar el producto en el corto y largo plazo, usando conceptos marginales para la misma. En todos los modelos se cumple lo que sería la ley de Say, que plantea que toda oferta crea su propia demanda.

Es recién a través de Keynes y de Kalecki, quienes publicaron casi a la par sus teorías, que se le da importancia a los factores de la demanda en el crecimiento, al llegar en la década de los 30 la Gran Depresión. Keynes mencionaba que para que se establezca un crecimiento en las economías, se debe de hacer dos cosas: en primer lugar mantener los salarios reales altos, para que se pueda realizar, dentro de un mercado, la venta del total de la producción y en segundo lugar utilizar a la inversión, específicamente a la inversión pública, como método para contrarrestar el lento crecimiento de las economías.

De esta forma llegamos al momento donde se inicia, dentro de lo que sería la teoría del crecimiento, a tenerse en cuenta a los componentes de la demanda para determinar el crecimiento, pero solo en el corto plazo. El modelo de crecimiento que explicaremos aquí es el de Bhaduri y Marglin. Este es uno de los modelos de crecimiento guiado por la demanda, pero de largo plazo. En él se da lugar, como bien decía Keynes, al consumo y a la inversión como posibles elementos que ayuden a la expansión de la economía (suponiendo una economía cerrada), teniendo en cuenta los beneficios y los salarios.


El modelo busca establecer una relación entre la distribución del ingreso (factorial, entre capitalistas y trabajadores) y el crecimiento del PIB. Para este motivo, considera a los salarios como una variable exógena (dada por fuera de las curvas de oferta y demanda), siendo esta la característica que lo diferencia de los demás modelos. Además, busca demostrar los efectos que provoca en la economía, al ser determinada por los salarios o los beneficios (wage led-profit led), relacionando la distribución con el crecimiento. Para este punto el salario ocupa una posición con doble función, una de ellas lo hace formando parte del costo de producción y la otra como determinante de la demanda agregada. De esta forma tenemos que, al hablar del lado del costo, el aumento de los salarios aumentaría el costo de producción y disminuiría el margen de los beneficios de los capitalistas, ocurriendo así una relación negativa con la inversión (Profit led). Pero al ser también el salario componente de la demanda agregada, su aumento provocaría también la expansión del consumo, debido a la propensión a consumir que tienen los asalariados (Wage led).


Por lo tanto, si el salario predomina más como costo que como componente de la demanda, nos encontramos frente a un régimen guiado por las ganancias (Profit led) en el que la inversión de los empresarios depende más de la rentabilidad. En cambio, en un régimen guiado por los salarios, donde este predomina más como demanda que como costo, la inversión de los capitalistas obedece más al aumento de la demanda que de la rentabilidad. Así el modelo de Bhaduri y Marglin trata de conciliar dos visiones aparentemente opuestas sobre la economía política del crecimiento.

Este modelo además presenta una estructura modificada del modelo IS-LM. Los salarios reales elevados y la inversión pública, como mencionamos anteriormente, son los elementos que se agregan para el cálculo de la IS. El modelo supone, que las familias consumen todo su ingreso, siendo los capitalistas los que ahorran una porción de sus beneficios. La capacidad productiva se encuentra por debajo de su capacidad instalada, esto quiere decir que la economía no se encuentra en el pleno empleo, además los precios se fijan en un mark-up que los capitales desean obtener respecto a sus costos variables.


Ahora, para comprender su planteamiento, se presenta dos situaciones donde existe una relación de lucha entre capitalistas y trabajadores. Esta relación puede ser de cooperación o no cooperación. Una relación de cooperación es cuando ambas se benefician a través de algún acuerdo, y la no cooperación es lo que se conoce como puja, donde ambos buscan obtener el máximo beneficio a costa del otro.



Supongamos una economía que se encuentre dirigida por los salarios donde exista cooperación entre las clases. En ella, ante un incremento de los salarios reales, se puede decir que aumenta el beneficio de los trabajadores, esto también beneficia a los capitalistas, ¿de qué manera? Pues bien, ya que a pesar de haber disminuido la tasa de ganancia de los empresarios por el aumento de salarios, el producto logra crecer por la expansión de la demanda del mercado, es decir, que si bien el margen de ganancia por unidad vendida se reduce, las mayores ventas producto de la expansión del consumo llevan a un incremento en la masa de beneficios.

Por otro lado, en el caso de que no exista cooperación, el producto no aumentaría, o bien la capacidad productiva no se incrementaría, por ende las ventas no compensarían la disminución del beneficio. Así en este caso en el largo plazo, puede ocurrir que existe un desempleo estructural.


En el caso de que la economía se encuentre dirigida por los beneficios, y exista cooperación entre las clases, el incremento del beneficio significa una disminución del salario real, por el lado de los costos, pero este hecho se encontraría contrarrestado por el aumento de la masa salarial, por el aumento del empleo, fruto de la utilización de una mayor capacidad instalada. Podría decirse que existe un aumento de la inversión.

En el caso de la no cooperación, al disminuir el salario real, aumenta el número de trabajadores, pero es reducido en comparación a la inversión, de esta forma, en el largo plazo si la demanda agregada sigue siendo estimulada a través de un elevado margen de ganancia y una mayor participación de los beneficios en el producto, la economía podría entrar en un problema de exceso de capacidad productiva en relación a la fuerza laboral existente. O bien falta de demanda de los productos.

Con este planteo, se puede entender la lógica del modelo de crecimiento por demanda, aunque parezcan simples los supuestos presentados de una economía cerrada, en general, se producirían los mismo efectos al abrir el mercado. De esta forma tenemos que las consideraciones a tomar, para elaborar las políticas de crecimiento no deben de ser tomadas exclusivamente desde la oferta. También se remarca la importancia de la inversión y el gasto público como componente de la demanda.



Trabajos consultados

Garzón, A. (s.f.). MODELO DE BHADURI Y MARGLIN.

Jiménes, F. (2011). Teoría del Crecimiento dirigido por la demanda. En F. Jiménes, Crecimiento economico- Enfoques y Modelos (págs. 560-736). Perú: FONDO EDITORIAL.

Monza, A. (1976). Crecimiento y Demanda. En El Trimestre Economico (págs. 107-140).

Simarro, R. M. (s.f.). Distribución, demanda y crecimiento.



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