A lo largo de su historia las economías subdesarrolladas y latinoamericanas sufrieron crisis de balanza de pagos que manifestaron una restricción externa al crecimiento económico. Estas se presentaron como frenos a procesos de crecimiento normalmente guiados por estrategias internas e impulsadas por la demanda doméstica. El resultado de estos cuellos de botella fue la escasez relativa de divisas y las consecuentes devaluaciones del tipo de cambio, deprimiendo la demanda agregada y elevando la inflación a tasas muy elevadas.
Sin embargo, la economía paraguaya se mostró históricamente más estable a diferencia de la región. Los grandes déficits comerciales, de cuenta corriente o de balance de pagos no han sido recurrentes en la historia reciente. Y por lo tanto, tampoco lo han sido las grandes devaluaciones cambiarias y su posterior impacto en la inflación doméstica. Lo más común en las últimas décadas parece haber sido todo lo contrario: superávits comerciales, de cuenta corriente y apreciaciones continuas del tipo de cambio. Algunos autores paraguayos incluso aprecian en varios ciclos económicos del país, según sus puntos de vista, la llamada “enfermedad holandesa” (Borda & Caballero, 2021), caracterizada por grandes entradas de divisas y sobre apreciaciones del tipo de cambio.
A pesar de lo dicho, esto no significa que la economía paraguaya no experimente problemas, y menos aún, que no sufra problemas externos o de balance de pagos. Aunque la economía paraguaya no manifieste restricción externa “crónica”, el fenómeno existe, y probablemente sea un obstáculo si la economía paraguaya inicia un proceso de crecimiento económico a tasas elevadas o “chinas”, y más aún si esta se ve impulsada por alguna estrategia doméstica de desarrollo.
Sin duda, el rol de las exportaciones fue y es aun clave para sortear estos problemas externos de divisas. A lo largo de la historia reciente diferentes productos, principalmente primarios, lograron adentrarse en los mercados internacionales de forma exitosa y ser fuente genuina de generación de divisas. Esto se ha notado de forma contundente en el reciente súper ciclo de materias primas, impulsado principalmente por la demanda externa del complejo sojero, el maíz, el trigo, la carne, etc. Sin embargo, la energía eléctrica, dependiente de las binacionales, también ocupó un lugar importante.
Este artículo pretende aproximarse a la explicación sobre la importancia e incidencia estratégica del ingreso de divisas por energía eléctrica y, por consiguiente de las binacionales (principalmente Itaipú), en la restricción externa al crecimiento, es decir, en la escasez relativa de divisas.
La restricción externa
Tal y como lo especifican McCombie & Thirlwall, (1999): “los países se enfrentan a una restricción externa en el sentido de que su desempeño en mercados extranjeros, y la respuesta de los mercados financieros mundiales a ese desempeño, limita la tasa de crecimiento de la economía a un ritmo que está por debajo del que las condiciones internas justificarían.”
En el núcleo de la restricción externa podemos encontrar que ningún país “normal” (que no posea una moneda que funja como reserva internacional de valor y tenga que endeudarse en moneda extranjera, por diversos motivos) puede sostener recurrentes déficits externos o de cuenta corriente de manera indefinida. Existen dos formas de financiar los déficits externos: con deuda externa o reservas internacionales acumuladas anteriormente. Pero como se dijo, esto no puede lograrse de forma indefinida para un país normal.
Cuando un país crece suelen elevarse los componentes de la demanda agregada, como la inversión y el consumo. En una economía abierta, y más aún si posee una estructura productiva poco desarrollada, esto tiene como consecuencia el alza de las importaciones. Los nuevos y más altos ingresos de los trabajadores requieren bienes de consumo importados, así como los bienes de capital que muy probablemente no se produzcan en la economía local deben importarse para seguir produciendo. Las importaciones se vuelven claves para mantener y elevar el ritmo productivo. Como las exportaciones son exógenas, estos procesos de crecimiento pueden lograr que las importaciones crezcan más rápido que las exportaciones, generando escasez de divisas que impactan en los precios y en la demanda agregada, restringiendo el crecimiento.
En términos más detallados, según Caldentey E. P., (2015) el crecimiento de largo plazo de una economía está restringido por la balanza de pagos si la tasa de crecimiento consistente con el equilibrio en cuenta corriente (o un crecimiento sostenible de los flujos financieros externos) se sitúa por debajo de la tasa de crecimiento máxima de una economía determinada por la expansión máxima de factores por el lado de la oferta. En otras palabras, antes de la restricción clásica de oferta por pleno empleo, una economía normal se enfrenta a cuellos de botella relacionados a la capacidad de abastecerse de divisas para continuar el crecimiento. Una solución a dicho problema podría ser simplemente dejar de crecer a tasas elevadas y sostenidas (o realizar ajustes en la demanda, devaluando la moneda y reduciendo el gasto), lo que estancaría a la economía y dejaría a cualquier país en el subdesarrollo.
Una de las grandes soluciones a dicho problema es dejar que la moneda “flote” y se devalúe en relación a las divisas. Si la divisa se vuelve escasa, pues que se encarezca. El problema es que las devaluaciones resultan contractivas y no prima el efecto sustitución, sino el efecto ingreso. En teoría una devaluación debería estimular las exportaciones, pero como vimos en un reciente artículo en este mismo blog, ese efecto es dudoso. Al no tener producción nacional para sustituir las importaciones, dada la devaluación, la contracción es inminente. Al final, el ajuste de la balanza de pagos se realiza por una desaceleración y empobrecimiento de la economía.
Los ciclos, las binacionales y la restricción externa al crecimiento
¿Cómo se comportó la restricción externa en Paraguay y cuál es su relación con las binacionales? Luego de las turbulencias macroeconómicas experimentas en las décadas de 1940 y 1950, y posterior a un plan de estabilización con el FMI en 1956, el ciclo económico del Paraguay (1961-1983) tuvo un “crecimiento sostenido del PIB –que- estuvo sustentado en la expansión de la frontera agrícola y la construcción de las usinas de Itaipú, en un contexto de estabilidad macroeconómica, especialmente a partir de 1960 con el anclaje del tipo de cambio en 126 Gs por dólar.” (Borda & Caballero, 2021). Básicamente, la expansión agrícola como de otros productos agropecuarios generados por buenos precios internacionales y una asignación de recursos por parte del Estado, además de la obtención de deuda externa a mitad de la década de 1960, permitió un tipo de cambio fijo bastante apreciado. Lo que además logró mantener la inflación a una tasa promedio de 3,8% anual.
Entrada la década de 1970, en un contexto de crisis del petróleo y alta inflación mundial, inicia la construcción de la hidroeléctrica Itaipú, siendo este el motor de crecimiento principal de este ciclo económico. “Para el Paraguay esta obra significó un flujo de divisas equivalente a un cuarto del PIB en promedio entre los años 1979 y 1982 y un buen nivel de IED en esos años…” (Ídem). El promedio de crecimiento de estas dos décadas fue de 6,3%, y el promedio entre 1977 y el 1981 fue 11,3%. Mientras tanto, la inversión se elevó a picos de 29% del PIB entre 1979 y 1981. Nivel de inversión que la economía paraguaya no ha vuelto a alcanzar desde entonces. El consumo experimentó un crecimiento promedio de 5,7% a lo largo de estas dos décadas.
Por supuesto, dada la estructura poco desarrollada de la economía paraguaya, este gran crecimiento a tasas chinas indujo a un crecimiento veloz de las importaciones, incluso a un ritmo más rápido que el crecimiento de las exportaciones desde 1977 (Gráfico 1). Las exportaciones, por su lado, empezaron a manifestar un mal desempeño, principalmente la madera, el algodón, la soja y la carne, por motivos de precios internacionales y rendimientos. Si a esto se le agrega la ausencia de la gran entrada de divisas una vez culminada la represa de Itaipú, iniciado los 1980s, se tiene la tormenta perfecta para una crisis de balanza de pagos.
Todo esto generó un desgaste en el balance de pagos a finales de la década de 1970 y comienzos de 1980. Si observamos el gráfico 1 con atención, la balanza comercial empieza a deteriorarse cuando el crecimiento más elevado se inicia, y dura hasta finales de la década de 1980. La inflación en la década de los 70s promedió una tasa de 13%, principalmente por la crisis del petróleo. Algunos economistas locales como (Borda & Caballero, 2021) también argumentan inflación por pleno empleo. Sin embargo, la influencia del déficit fiscal en la inflación de la década de los 70s tuvo que haber sigo marginal, pues el déficit solo promedió -0,5% del PIB.
Si se tiene en cuenta que el tipo de cambio se trataba de mantener fijo, frente a esta gran demanda de divisas‚ eso significó una gran pérdida de Reservas Internacionales a finales de la década de los 70s. Las RIN alcanzaron un pico de 18,4% del PIB en 1979 (manteniendo un promedio de 15,3% en la etapa de construcción de Itaipú). A partir de ese año empezaron a reducirse drásticamente. En palabras de Borda & Caballero, (2021):“Las fuertes caídas y subidas en la relación RIN/PIB de esos años tienen que ver no solo con los niveles nominales de RIN en US$, sino también con el PIB que tuvo un crecimiento altísimo…”. Una vez iniciada la década de los 80s, mantener un tipo de cambio fijo tan apreciado ya no era sostenible y se pasó a esquemas de tipos de cambio múltiples, abriendo una brecha importante entre los tipos de cambio controlados y el tipo de cambio “libre”. Todos más depreciados.
Gráfico 1. Importaciones y exportaciones totales del Paraguay (1961-1989).
Fuente: Boletín de Comercio Exterior
Lo recientemente descrito puede ser considerado como una restricción externa al crecimiento. En otras palabras, en el ciclo 1961-1983, principalmente impulsado por la construcción de Itaipú, las tasas de crecimiento del PIB, y de sus componentes domésticos, se elevaron más allá de lo que era consistente con el equilibrio de cuenta corriente, generando desequilibrios externos y una escasez relativa de divisas. Posteriormente, entrada la década de los 80s, hubo ciertas correcciones en la balanza de pagos. Ciertos rubros exportadores relacionados a la agricultura se recuperan (más la soja que el algodón), mejoran los términos de intercambio y ciertos rendimientos de cultivos desde 1986 y se inicia la exportación de energía cuando empieza a funcionar Itaipú. Lo que permite dar un pequeño salto exportador a finales de la década de los 80s. Si a esto le sumamos el impacto del tipo de cambio más depreciado en las importaciones y el crecimiento acelerado de la deuda externa desde 1984, tenemos un escenario en que se pudo evitar lo peor, es decir, devaluaciones cambiarias más profundas.
Por supuesto, nada de esto pudo salvar el irremediable mal desempeño del crecimiento en estos años y en la década siguiente. Aunque la inversión pudo mantenerse a un nivel alto en la participación del PIB (20% en promedio) el consumo registró un crecimiento anual promedio de solo 2,6% (1984-2002). El crecimiento se desacelera a un promedio de 3,8% anual en estas dos décadas. Por el lado de los precios “La inflación media anual en 1984-2002 fue de 17,9% frente al promedio de 8,7% en el ciclo anterior (1961-1983). En la primera parte de esta etapa (1984-1994) la inflación fue más elevada, con un promedio anual de 24%, mientras que en la segunda (1995-2002) bajó a 9,6%. La principal causa de la inflación de los primeros años fue el desequilibrio externo, reflejado en tipos de cambios múltiples con crecientes depreciaciones en todos ellos.” (Ídem).
Como se puede apreciar, la restricción externa posterior a la construcción de Itaipú arrastró consecuencias económicas de gran envergadura hasta la década siguiente. A pesar de la recuperación de los rubros de exportación y el crecimiento de la exportación de energía eléctrica en la década de los 90s (como se puede apreciar en el gráfico 2 las exportaciones de energía llegaron a ser casi 45% de las exportaciones totales en este periodo), esto no fue suficiente para redirigir el crecimiento de Paraguay hacia un rumbo de vuelta acelerado ni para estabilizar a la inflación a tasas similares a las de 1960, aunque sí se logró disminuir bastante.
A mediados de la década de los 1990s el Paraguay también se enfrenta a un contexto internacional más adverso para sus exportaciones, marcado por la Crisis asiática,la Crisis Financiera local y las crisis de balanza de pagos de sus países vecinos, que impactaron fuerte en las reexportaciones. Probablemente el crecimiento de la exportación de energía eléctrica permitió permear parcialmente lo que pudo haber sido un peor desempeño en la década de los 90s.
Gráfico 2. Exportaciones de Energía Eléctrica como porcentaje de las exportaciones totales (1994-2019).
Fuente: Anexo Estadístico del Informe Económico del Banco Central del Paraguay y Boletín de Comercio Exterior
Como se observa en el gráfico 3, el flujo de divisas obtenidas desde las binacionales (en su gran mayoría de Itaipú en comparación a Yacyretá) se mueve con el resultado de la balanza de pagos. Esta dependencia se hace más notoria en la década de los 90s y comienzos de los 2000s. Posterior a mitad de los 2000s, como fruto del súper ciclo de commodities, se generó una mayor diversificación de la canasta exportadora, lo que desató esa dependencia extrema entre la balanza de pagos y las divisas obtenidas por las binacionales.
Gráfico 3. Ingreso de divisas de entidades binacionales y resultado del balance global de la balanza de pagos (1994-2019).
Fuente: Anexo Estadístico del Informe Económico del BCP y CEPAL.
Otro resultado de las divisas obtenidas por medio de las binacionales es su impacto en el tipo de cambio. Como se puede ver en el Gráfico 4, hay una relación estrecha entre estas variables. A mediados de la década de los 90s, con un tipo de cambio bastante depreciado, las divisas obtenidas por la energía aún no eran masivas. A finales de esta década y comienzos de los 2000s, se dispara esta fuente de divisas, lo que permite la apreciación del tipo de cambio. A finales de los 2000s y comienzos de los 2010s, esta fuente de divisas vuelve a estancarse, lo que en conjunto con el desempeño mediocre de otras exportaciones, vuelve a generar una depreciación leve del tipo de cambio. A finales de los 2000s, “la segunda fuente más importante es el ingreso conjunto de divisas de las binacionales empresas hidroeléctricas de Itaipú (Paraguay-Brasil) y Yacyretá (Paraguay-Argentina).” (Silvero, 2010)
Además, según Barkbu & Monfort, (2010):”Las entidades binacionales de Itaipú y Yacyretá son fuentes importantes de ingresos de divisas. Las binacionales cambian sus ganancias en divisas a guaraníes para pagar las regalías al gobierno y los salarios a los empleados paraguayos, así como pagos por concepto de otros bienes y servicios paraguayos. Los ingresos en efectivo de las binacionales han fluctuado entre el 3% y el 7% anual del PIB en el curso del período considerado para las estimaciones. Como puede verse en el gráfico 8.12 (5), el tipo de cambio real se correlaciona positivamente con esos ingresos de efectivo.” Así también los autores expresan: “Cuando se tienen en cuenta los ingresos de divisas de las binacionales también se reduce en gran medida la sobrevaluación estimada. Los ingresos de divisas de las binacionales fueron altos en los dos últimos años, de cerca de un 6% anual del PIB lo que podría explicar partes de la apreciación observada. Cuando se corrigen estos ingresos, la sobrevaluación estimada para 2007 se reduce aproximadamente al 2%.” (Ídem).
Gráfico 4. Tipo de cambio nominal y divisas obtenidas por las binacionales.
Fuente: Anexo Estadístico del Informe Económico del BCP y Penn World Tables.
Gráfico 5. Tipo de cambio efectivo real e ingreso en efectivo de las binacionales (1990-2006)
Fuente: Estimaciones del FMI (Barkbu & Monfort, 2010) (Paraguay: haciendo frente a la trampa del estancamiento y la inestabilidad)
Como se puede apreciar, las divisas y exportaciones de las binacionales jugaron un rol primordial en el alejamiento de la restricción desde la década de 1990s hasta la actualidad. Por supuesto, otros rubros de exportaciones como las del complejo sojero y la carne también jugaron un papel clave. La creciente demanda externa permitió otro salto exportador en la década de los 2000s (Gráfico 6), como también fungió de fuente de divisas para mantener un tipo de cambio relativamente apreciado. “De acuerdo con el BCP, el tipo de cambio efectivo real (TCER) se apreció un 30% en el periodo 2003-2018 y la economía sufrió los efectos de la enfermedad holandesa.” (Borda & Caballero, 2021). Esto probablemente haya impacto fuertemente en la disminución de la inflación, entre otras factores.
El crecimiento de Paraguay en la primera etapa del último ciclo (2004-2019) (En Borda y Caballero es 2003-2018) que va desde 2004 a 2011 fue de 4,7%. El consumo de los hogares varió 4,5%, superior al ciclo anterior. Sin embargo, en la segunda etapa de este ciclo, que va desde 2012 a 2019, el crecimiento se desaceleró, así como también se deterioró el resultado del balance de pagos fruto del crecimiento de las importaciones y el flojo desempeño de las exportaciones desde 2012, relacionado al comportamiento de los precios internacionales. Aun así, aunque el balance se deterioró, Paraguay resultados positivos en su balanza comercial, pero el balance global en su totalidad empezó a mostrar números rojos. La escasez de divisas de esta segunda etapa muy probablemente se haya permeado parcialmente gracias al proceso acelerado de endeudamiento externo, pero ese es tema para un futuro artículo.
Gráfico 6. Importaciones y exportaciones totales del Paraguay (1961-2019).
Fuente: Boletín de Comercio Exterior
Conclusiones
En conclusión, la economía paraguaya no es ajena a la restricción externa al crecimiento. Sin embargo, ha sido una de las economías que mejor ha sorteado y administrado esta restricción. Las binacionales jugaron desde su construcción un rol estratégico como fuente genuina de divisas, lo que permitió, entre otras causas, una apreciación del tipo de cambio. Por lo tanto, las hidroeléctricas juegan un papel de suma importancia en la estabilidad macroeconómica del Paraguay, papel que no debe ser despreciado. Esto es un factor vital para un proceso continuo de desarrollo económico.
Por otro lado, podemos apreciar que el mayor choque o desequilibrio externo que tuvo Paraguay fue posterior a la construcción de Itaipú, nivel de crecimiento que el país no volvió a alcanzar. Básicamente, fue el periodo reciente donde más notoria se hizo una estrategia de crecimiento interna, impulsado por los componentes domésticos de la demanda, y también el único periodo donde se generaron déficits comerciales sostenidos, inducidos por el gran crecimiento (Gráfico 6). Como se dijo al principio, no se pueden mantener déficits externos indefinidamente sin algún tipo de consecuencia sobre la actividad y la inflación. Por lo tanto, este fue el periodo donde el país creció mucho más arriba que su capacidad de obtener divisas.
Al parecer, en los sucesivos periodos a la construcción de Itaipú, Paraguay ha jugado a la suerte de la demanda externa para iniciar y terminar procesos de crecimiento. Por lo que se ve, generar procesos de crecimiento similares impulsando velozmente los componentes domésticos de la demanda puede generar cuellos de botellas y devaluaciones cambiarias, lo que terminaría impactando en la inflación y en la actividad. Crecer para Paraguay sigue siendo una obligación si pretende aumentar su nivel en calidad de vida, pero así también los procesos de crecimiento deben estar acordes a las restricciones de divisas imperantes.
Bibliografía
Barkbu, B., & Monfort, B. (2010). Evaluación del desajuste del tipo de cambio . En F. M. Internacional, Paraguay: haciendo frente a la trampa del estancamiento y la inestabilidad (págs. 236-279).
Borda, D., & Caballero, M. (2021). Crecimiento y Desarrollo Económico en Paraguay: Balance y Propuestas Para Una Economía Sostenible e Inclusiva. Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya.
Caldentey, E. P. (2015). Una lectura crítica a "la lectura crítica" de la Ley de Thirlwall. Investigación Económica.
McCombie, J., & Thirlwall, A. (1999). Growth in an International Context: A Post Keynesian view. Foundations of International Economics. Post Keynesian Perspectives.
Silvero, R. R. (11 de Setiembre de 2010). Binacionales e ingreso de divisas. Ultima Hora.
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